Sin silla pal negro

Foto convertida con IA


Nadie gritó indignado o con imperiosa voz “un puesto para el señor que tiene una niña en brazos”, nadie de los presentes en el vagón dijo algo.

9:50 de la noche, estación San Antonio del Metro de Medellín, se sube un hombre negro, con su hija en brazos, una niña que estaba entre los 5 y 7 años, que dormía placidamente sobre el regazo de su padre. En el interior del tren, este hombre que sostiene a su hija con fuerza mientras se agarra fuertemente de los tubos para mantener el equilibrio. No recibió un puesto del que tanto pregona la Cultura Metro.

Aunque el recorrido no tuvo novedades, una señora que se encontraba de pie a mi lado, veía con desprecio la situación, cuando el vagón se pudo desocupar un poco más, fue evidente notar las prendas de este hombre, sus zapatos de tela roja, fueron el reflejo expresivo de cientos de kilómetros en ellos, el color de rojo intenso como seguramente fueron inicialmente, esta vez eran casi rosados, su chaqueta gris y bolso negro, junto con una riñonera negra, fueron la expresión de un hombre que recién salía de trabajar.

La niña, profundamente dormida, nunca se inmutó por la crueldad del mundo que se vivía en el Metro. Su moño blanco y verde fue la seña de una inocencia que aún tenía, pero que en unos años tendrá que enfrentar, una discriminación por ser mujer y negra, como si en este país los unos tuvieran más derechos que los otros.

Los ojos cansados del hombre, su mirada en dirección al cielo, como un gesto pleno del cansancio, quizás de una larga jornada laboral en medio del sol abrazador, o con las inclemencias propias de estar trabajando en la calle; independiente de su trabajo, el cansancio en él, era evidente.

Su viaje terminó en la estación Madera, coincide con el mismo lugar de mi destino, a lo lejos solo pude apreciar que tomo uno de los buses que se dirige para Barrio Nuevo, en el municipio de Bello, y solo quedo pensar si en el bus también tendría la misma discriminación silenciosa del Metro.

Por: Santiago Bedoya Martínez